Todo comenzó algo regular, cuando Jessica Simpson se apareció en Hyde de Hollywood, el pasado fin de semana. La famosa llegó y mostró su nuevo look, en el que predominaba el color rubio oscuro de su ahora largo cabello.
Desde luego, nadie tiene idea si se trata de una peluca o de algo real, pero de todos modos se veía bastante elegante y los medios comenzaron a preparar la nota del día.
Sin embargo, sólo fue cuestión de esperar a que la famosa saliera del club, para darnos cuenta que esa noche Jessica Simpson estrenaba cabello y borrachera al mismo tiempo.
La pobre muchacha empezó a hacer una cantidad de gestos de los más extraños, mientras todos intentaban aguantar la risa y esperaban a que se subiera por fin al auto.
Lamentablemente, ella no estaba dispuesta a dar por terminada la fiesta y se rehusó a partir, por lo que tuvo que ser ayudada (suponemos que por personal del club nocturno) a subir a su coche, al ritmo de una canción en su propia voz.
Como verán, los gestos no pararon y aún dentro del auto ella siguió la tonada, suponemos que con la única intención de complacer a su público. “Se reciben peticiones señores…”
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