La historia comenzó el pasado jueves cuando los medios de prensa anunciaron que Lindsay Lohan había sido víctima del robo de un costoso bolso Hermes, que contenía nada menos que joyas valorizadas en un millón de dólares y claro su remedio para el asma.
El desagradable hecho ocurrió en el aeropuerto londinense de Heathrow y puso de inmediato a todos de cabeza, en la gran cruzada por la invalorable pertenencia.
Lo curioso sucedió al día siguiente, cuando la Policía Metropolitana de Londres reportó que el bolso había sido abandonado cerca del lugar y procedieron a devolverlo a su respectiva dueña, dejando a todos con la duda.
Ahora sólo queda la gran pregunta: ¿Habrá sido Lindsay víctima de un robo o tal vez sólo de su propio descuido? Porque en verdad no veo que alguien quiera hurtar algo de tanto valor para luego devolverlo.
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