Así como leen, tras largos meses de lucha y acuerdos frustrados, el divorcio de Britney Spears es oficial. Ella no es más la señora de Kevin Federline y es libre como el viento para hacer de su vida sentimental un rábano (si así lo quiere).
Desde luego, el arreglito legal le salió un ojo de la cara, más aún si son ciertos los rumores de que la famosa pagó una fuerte suma de dinero para que su ex aceptara compartir la custodia de los pequeños.
Sin embargo, cuentan que el “bueno para nada” de Federline, quien obtuvo pensión alimenticia por sus hijos y manutención para él, aún no está conforme. Pese a lo prometido, ahora piensa luchar por la custodia completa y el correspondiente aumento de pensión alimenticia, claro.
¡Sorprendente! Sobretodo porque con los antecedentes de locura, las parrandas y la conducta errática que incluso la llevó a rehabilitación, Britney no tendría como luchar ante la corte por sus hijos.
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